Titulo: La ladrona de libros
Titulo original: The book thief
Autor: Markus Zusak
Genero: Drama
Fragmento:
Cuando empezó a escribir su historia, se preguntó por el momento exacto en que los libros y las palabras no sólo comenzaron a tener algún significado, sino que lo significaban todo.
¿Fue al ver por primera vez una habitación llena de estanterías abarrotadas de libros? ¿O cuando Max Vandenburg llegó a Himmelstrasse con las manos repletas de sufrimiento y el Mein Kampf de Hitler? ¿Fue por leer en los refugios antiaéreos o quizá por la última procesión hacia Dachau? ¿Fue El árbol de las palabras? Tal vez nunca pueda precisarse con exactitud cuándo y dónde ocurrió...
Reseña:
El hermano de Liesel muere en el tren camino a la casa de las personas que van a adoptarlos. En el entierro del pequeño, entre la nieve, la niña encuentra y roba su primer libro sin saber que ese es el principio de una pasión y una costumbre. Sin saber que el mundo está cambiando y que su amor por las palabras será capaz de salvarle la vida.
Mi opinión:
Me habían recomendado mucho este libro y cuando al fin cayó en mis manos comprendí por qué. Es una de las historias más tiernas y hermosas que leí en mucho tiempo, incapaz de dejar indiferente a nadie, en especial a los amantes de los libros.
A pesar de que toca uno de los temas más fuertes y tristes de la historia mundial (el holocausto), es una lectura amena, dulce e incluso divertida. Y nuestra narradora tiene mucho que ver con esto último. ¿La narradora es Liesel? ¡No! ¡La narradora es La Muerte! Sí, la muerte misma, con sus reflexiones sobre la humanidad y su humor negro, nos narra la historia de una pequeña aficionada a robar libros durante la segunda guerra mundial. Me pareció un gancho tremendo, no pude soltar la historia después de que la narradora se presentara. Me resultó tremendamente original y me causó mucha gracia, porque La Muerte es todo un personaje.
Es una historia triste, ¿puede un libro ambientado en este periodo histórico no ser triste?, pero ninguno de los golpes fuertes nos toman por sorpresa. La Muerte es una narradora compasiva, a la que no le gusta andarse con misterios, y nos adelanta todo el tiempo lo que va a pasar. Así en los primeros capítulos prácticamente conocemos el final, y nos avisa de la muerte de uno de los protagonistas capítulos y capítulos antes de que ocurra, para que vayas haciéndote a la idea. No por esto deja de ser un libro devastador, las tragedias avisadas no son menos trágicas e inexorablemente terminamos con el corazón roto. Pero nada de eso le resta belleza a la historia.
Los personajes, son todos muy queribles. Incluso aquellos que al principio creemos que no van a caernos bien, también es muy simple relacionarlos con personas que conocemos. A veces, en este tipo de libro, no está bueno que te encariñes tanto con los personajes, menos que menos con aquellos que de entrada sabemos que terminan muertos.
Son personajes muy reales y todos tienen alguna particularidad que hace que los recuerdes para siempre. Tengo que destacar a los padres adoptivos de Liesel, Rosa y Hans, me recordaron mucho a mis abuelos. Ella trabaja de lavandera, rezonga el día entero y es muy fría y poco demostrativa, aunque es obvio que ama a su familia. Hans es un hombre bueno, demasiado bueno, de esos por los que inventaron la frase “más bueno que el pan”, toca el acordeón, pinta casas –a veces gratis–, y le enseña a Liesel a liar cigarrillos y a leer.
Otros personajes memorables son Rudy, el mejor amigo de Liesel, que está enamorado de ella y lo que más desea en la vida es un beso suyo, y Max, un judío que busca refugio en la casa de Hans y Rosa y nos roba el corazón. Max es poesía pura, así de simple.
Aunque es muy fácil sentirte identificado como lector con Liesel y su amor por los libros, ella fue el personaje que menos me tocó. ¡Ojo! Me gustó mucho, pero la historia tiene demasiados personajes buenos.
Solo me queda por decir que la inocencia con la que está narrada, nos hace ver los sucesos históricos de otra forma, incluso de forma más esclarecedora. Confieso que con su sencillez, me aclaró detalles sobre esa época que nunca había terminado de entender y la magnitud del asunto me golpeó peor que de costumbre. Pero a pesar de todo, a pesar del contexto, a pesar de la impotencia que muchos fragmentos te hacen pasar, a pesar del peso que tiene la situación en la historia, este es no es un libro sobre el holocausto, es un libro ambientado en él que nos habla de amistad y supervivencia, del poder de las palabras. De esperanza y pérdida. Es un libro que nos muestra que las cosas pueden ser hermosas y terribles a la vez y que está bien, porque la vida es así.
Una historia preciosa que me alegra mucho haber leído y que fue a parar, sin pensarlo, a mi estante de favoritos.
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