Autor:Graciela Beatriz Cabal
Genero: Narrativa
Fragmentos:
“Por la playa se acerca un señor y una señora, todos vestidos: la señora tiene traje blanco, largo, y sombrero con flores; el señor va de negro. El señor de negro se agacha y me alza. “¡Linda nena! ¿Cómo te llamas?”, dice. “Puta”, le digo yo al señor, que un Presidente de la Nación."
“A la noche dormimos tranquilos porque el sereno nos cuida. Me gusta escuchar desde la cuna el pito del sereno, sobre todo si mi papá ya volvió a casa. Porque hasta que mi papá no llega yo tengo una cosa en la barriga que me sube y me baja. Me da miedo de que mi papá no vuelva nunca más. Me da miedo de que los alemanes se lo lleven para la guerra. Me da lástima de mi mamá, que llora en la cama grande… “Ángel de la guarda, dulce compañía, no me dejes sola ni de noche ni de día”.
Oigo el ruidito de la llave y adentro de la barriga todo se me queda quieto.
Mi papá mete la cabeza en la cuna (tiene olor rico, a cigarrillo y a perfume) y me da un beso.
Cuando sea grande me voy a casar con mi papá.”
“Estoy muy admirada porque la lancha la maneja mi abuelo, que para manejar mejor se puso gorra de marinero.
Yo, mi mamá y mi abuelo vamos contentos. Gran Mamá y mi tía la soltera van serias, porque ellas siempre están ofendidas con mi abuelo por cosas del pasado, como dice Gran Mamá.
Mi papá también va serio, pero él no está ofendido, está asustado porque no sabe nadar y porque le tiene desconfianza a mi abuelo, aunque tenga gorra.”
Reseña:
“En la familia de nosotros hay secretos terribles. Yo mucho no puedo enterarme porque soy chica, porque son secretos y porque son terribles”
De la mano de una niñita de lo más peculiar somos transportados a mediados del siglo pasado y repasamos junto a ella sus recuerdos más curiosos, tristes, divertidos y disparatados.
Mi opinión:
Este va a ser el libro más difícil de reseñar de toda la historia del blog. ¿Por qué? Porque es tan genial que dudo que sea capaz de hacerle justicia y porque marqué tantas citas y fragmentos para compartir con ustedes que lo mismo sería transcribir el libro entero.
Sin embargo, describir este libro en una sola palabra es tarea sencilla: IMPERDIBLE
Hace dos o tres años, una de mis tías (mi favorita, pero ¡shhhhh!) me dice: "En el curso de narración de Sil (su hija) una de sus compañeras leyó un pedacito de un libro que me encantó. Me anoté el nombre, ¿me acompañas a comprarlo?"
Y yo la acompañé. ¡Lo que nos costó encontrarlo! Solamente quedaba un ejemplar en la cadena de librerías a la que fuimos antes de darnos por vencidas y era en la sucursal de Santa Fe (provincia, no avenida). Yo pensé: "Bue, qué se deje de hinchar con el librito" Pero, noooooooo, no se dejó de hinchar. Lo encargó y un par de semanas después nos avisaron que ya estaba en Capital y fuimos a buscarlo.
Mi tía no ve sin anteojos, así que mientras volvíamos en el colectivo me pidió que lo ojeara por ella, a ver qué opinión me daba. ¿Qué opinión me dio la sinopsis? ¡Tanto lío por la autobiografía de alguien que no conocemos! ¿Quién lee biografías de alguien que no conoce? ¡Por Dios! Pero, suponiendo que era cosa de viejos, le dije que parecía interesante. Mi tía insistió con que lo abriera: "Sácale el plastiquito y míralo adentro", hinchó. Yo le saqué el plástiquito y lo miré adentro... y leí el primero capitulo (de una o dos páginas) entonces me di cuenta de que era muy gracioso y que seguro valía la pena. Un día después, lo había devorado entero, retirando aquello de que era cosa de viejos, y agregando a este libro magnifico a mi colección de favoritos.
Reseñarlo en el blog fue la excusa perfecta para volver a leerlo ^^
La historia transcurre a mediados del siglo pasado, en Buenos Aires, y abarca los primeros doce años de vida de la escritora. La historia está narrada en presente y primera persona, así que es una Graciela Cabal niña la que nos cuenta de sus aventuras, en una mezcla de ternura, egocentrismo e ingenuidad infantil con cinismo adulto, lo que da como resultado un libro adictivo, difícil de soltar.
Este libro es la vida, no tiene una trama estructurada, está formado de pequeños momentos, anecdotas y recuerdos tal cuál los recuerda la autora, vistos por los ojos y la razón de la infancia.
A lo mejor no a todos les llegue de la misma manera, algunos podrían encontrarlo como un libro entretenido, que te hace reír, pero que carece de fin. En lo personal, me transporta a una época que no viví y me hace sentir por ella una nostalgia divina. También, en más de una ocasión me recuerda a mi propia infancia (no importa en que época transcurra, todos fuimos niños alguna vez, todos nos vamos a sentir identificados con alguna de las vivencias de Graciela), o a la de parientes ancianos. Todos tenemos recuerdos propios, pero también recuerdos inculcados de cosas que pasaron antes de que seamos siquiera un proyecto de celulita, que gracias a los relatos de diferentes personas los sentimos como recuerdos nuestros. Tenemos grabados en la memoria los juegos a los que jugaban nuestros abuelos, la ropa que usaban, la casa en la que vivían, las pequeñas aventuras que vivían, a pesar de que jamás los jugamos, vimos, visitamos, vivimos. Pero aún así, forman parte de nosotros.
Si tuvieron la misma suerte que yo, de crecer rodeados de abuelos y tíos, que amaban contarles historias de su infancia, este libro los va a tocar mucho. Y es eso lo que más me gusta.
También me gusta, a nivel cultural, la forma en la que las costumbres, vergüenzas e ideales de la época quedan al descubierto entre las palabras de esta niñita prodigio. De una forma muy cómica, Cabal nos introduce a la religión y la política de la época, y no solo nos hace reír, sino que entender el pasado (y a veces a nuestros ancianos) un poquito mejor.
Hay una sola cosa que no me gusta de este libro (además de que se acaba demasiado pronto) y son las páginas finales. Gracielita sube a dar un discurso al escenario el día que termina la primaria y la autora nos cambia aquel discurso real por un delire de dos páginas que nos habla de la vida, de la soledad, la guerra, la muerte, entre otras cosas. En términos generales, esas últimas páginas son una seguidilla de incoherencias de las que es imposible sacar algo en limpio, entender con qué fin escribió esas palabras. Pero... ¿qué son dos páginas incoherentes contra casi 300 de nostalgias y risas? ¡NADA!
En lo que a mí respecta, se las perdono jaja
Un libro bellisimo que te hace emocionar, guarda una carcajada en cada de una de sus paginas y nadie debería perdérselo.
Citas:
(Esto va a ser LARGOOOO)
“Cuentos de hadas y enanitos me lee mi mamá.
De brujas no me quiere leer para que yo no me asuste. Pero yo me asusto igual, porque me gusta asustarme."
“Ahora tengo otro novio: se llama Cholito, vive en la casa de al lado y es más alto que mi abuelo.
Como vamos de visita a lo de mi novio, me peino tanto que me sale sangre de la cabeza. Para que no se me infecte y porque quiero, me pongo perfume de mi tía. Y me lo tengo que poner todo de lo chiquito que es el frasco. A mi tía le agarra la furia porque ella es un poco amarreta y porque ese perfume se lo regaló el novio ese que no se puede nombrar para que ella no llore y que se llama RO-BER-TO.”
“Otra cosa que lo cura a mi papá es el humo de los eucaliptos. Para curarlo a mi papá con el humo de los eucaliptos, primero hay que ir a Plaza España a juntar las campanitas de los eucaliptos, después hay que echar las campanitas en la olla del puchero (sin puchero), hasta que salga humo, después hay que ponerle a mi papá una toalla en la cabeza, como si fuera una monja, y después hay que empujarle la cabeza a mi papá adentro de la olla (pero tanto no hay que empujarle, si no mi papá se quema vivo)”
“Antes de entrar a la Recoleta, Gran Mamá compra montones de flores. “ A los muertos les encantan las flores”, dice. Y saca el rosario de piedritas violetas, para caminar jugando con las piedritas, como le gusta a ella.
Gran mamá tarda mucho, por las piernas gordas, por los juanetes y porque es una señora mayor llena de enfermedades. Entonces yo corro adelante y voy espiando adentro de las casitas. Pero las casitas no son casitas de verdad, con mesa, silla y cama. Estas de acá lo que tienen son manteles de cumpleaños. Y también velas, santos y cosas de iglesia. Y los cajones de los muertos, con los muertos por dentro y los manteles de cumpleaños por fuera.”
“Antes de mi cumpleaños me gusta mucho porque hay que hacerse vestido nuevo, tener la casa limpia y lustrosa y pintar las macetas de colorado.
Pero al otro día de mi cumpleaños me gusta más, porque me levanto bien temprano, pongo los regalos en fila y juego.
Yo siempre quiero que me regalen juguetes o libros, que son como juguetes pero algunas personas me regalan cosas prácticas, como ser bombachas, camisetas y medias.
A mí me hinchan mucho las cosas prácticas.”
“La mamá de Rodriguez siempre está vestida de negro, tiene todo limpio lustroso y cuando habla parece que llora. No se pinta la mamá de Rodriguez y usa un poquito de bigote.”
“Al final de todo mi mamá me prende el limosnero con las estampitas para que los parientes y hasta lo vecinos me pongan plata y yo les dé una estampita. ¿Y si alguno me pide estampita y no me da plata? “Igual le das la estampita”, dice mi papá. “Bien dicho”, dice mi mamá. Porque mi mamá y mi papá están muy amables con mi comunión y se tratan como si no fueran de la misma familia.”
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