Wednesday, June 27, 2012

Conociendo a Isabel Ali

Seguimos con este especial autores bloggers, hoy de la mano de una autora argentina que me cae muy bien. No se pierdan una sola palabra, sobre todo de la tercer pregunta, que Isa es una persona muy, muy sabia:

¿Quién es Isabel?

Nací el 4 de enero de 1968, era jueves y el cielo se derrumbaba con una tormenta cargada de presagios. Llevo en las venas sangre de muchas razas y religiones, será por eso que poseo el don de la conciliación con mayúsculas y la necesidad de que todos los seres que me habitan lleguen a un acuerdo y vivan en paz.
Puse mis raíces en un pueblo que me dio permiso a regañadientes, para construir un presente con derecho a futuro, desde donde hoy se despliegan mis hijos y mis sueños.


Admiro a las personas que manejan su vida, porque a mí la vida me sucede y a veces, sólo a veces, me sale bien. Me siento feliz en la pequeña rutina de mis hábitos y en la penumbra.
Ya planté mi árbol, ya tuve cinco hijos, ya tengo la certeza de que un libro ostenta mi nombre en la portada, pero quiero más y hacia allí marcho: pasito a paso. No quiero morir sin dejar una huella provechosa.
Amar, bailar y reír, son verbos sin los cuales no podría escribirse mi biografía.
Soy escritora por naturaleza. Mi formación académica es paupérrima. No sé si escribo bien o si escribo mal: soy auténtica. Hago lo que creo que tengo que hacer, escribo lo que creo que tengo que escribir.

Mini entrevista:


- ¿Tenes alguna manía o costumbre rara a la hora de sentarte a escribir?

Antes, cuando escribía en papel, no había lapicera que quedara sana… las mordía cada vez que me quedaba pensativa, sin darme cuenta. Ahora escribo en computadora y las lapiceras están a salvo. Lo que suelo hacer es prepararme el mate. Me gusta estar muy cómoda, vestirme con ropa fresca si hace mucho calor o ponerme mis pantuflas de piel en el invierno, tener a mano una banqueta bajo la mesa para levantar los pies si se me cansan. También prefiero el silencio, pero no siempre se puede. Y cuando me quedo en blanco, abro otra ventana en la computadora y juego sudokus o rompecabezas hasta que la idea vuelve a tomar forma.


- ¿Quiénes son tus autores favoritos? ¿Sentís que te inspiraron de alguna forma?

Sí. Uno no puede evitar eso. Sin querer se empapa de algo aunque pretenda no copiar y encontrar un estilo propio. Santiago Grimani, Abelardo Castillo, Horacio Quiroga, Julio Cortázar, fueron los ídolos de mi juventud. Más tarde descubrí a Liliana Díaz Mindurri, Liliana Allami, Eduardo Sacheri, y también los amé. Incluso se me pegaron algunas cosas de autores que “hoy” no me gustan tanto pero que en otras épocas me conmovieron, como Poldy Bird y Beatriz Guido. Creo que formo parte de la generación que se desayunó el realismo, un realismo que aparecía enmarcado por la postal social del momento y que investigó los límites de las conductas cotidianas, en una época en que la realidad superaba cualquier ficción.

- Hoy por hoy, al menos entre la juventud lectora, está de moda ser escritor. Una moda hermosa y sana, que la gente se exprese a través de la escritura. El problema es que son realmente muy pocos los que escriben por amor a las letras, muchos escriben para ver si en un golpe de suerte se convierten en la próxima J.K Rowling o Stephenie Meyer. ¿Cuál es tu opinión al respecto y, basándote en tu propia experiencia, qué tips le darías a aquellos jovenes que realmente están interesados en introducirse en el mundo literario?

Es una afición sana y divertida, y en muchos casos sale muy bien porque veo que le ponen el empeño y el cuidado necesario. A quien escribe por placer o por catarsis, no sé si darle algún consejo… creo que lo importante es tener en claro el porqué uno hace las cosas y ser feliz con ello. A quienes lo hacen por verdadera vocación, les recomiendo mantenerse al día con las herramientas. Ningún carpintero trabaja con un martillo roto. Y esto es lo mismo, para escribir más o menos bien es necesario estar al tanto del uso del lenguaje, conocer las reglas, aprovechar esa herramienta que tenemos que es la palabra. Los talleres literarios son buenos lugares para crecer. Y sobre todo, les recomiendo armarse de paciencia y humildad. Paciencia, porque es un trabajo arduo y lento, no conozco a nadie que haya publicado su primer trabajo o que haya sido reconocido en dos días. Y humildad porque es imprescindible corregirse para mejorar, aceptar las críticas y ser capaz de desarmar y rearmar un trabajo de la misma forma en que lo desarma y rearma el carpintero si le sale mal. La diferencia entre el aficionado y el escritor, es que el escritor sabe que es un trabajo, y por tanto se limita a hacerlo bien, sin que le duela cercenar o corregir porque sabe que no es a “él” a quien se critica, puede despersonalizar, separarse de la obra. Y esa es la parte más difícil.


Bonus: Para despedirte, ¿Hay algo que quieras decirle a tus lectores?

Agradecerte a vos, Meli, antes que nada. Por la oportunidad que me brindás de emitir una opinión y por haber recibido “Reflejos, revanchas, reveses” con el cariño con que lo recibiste. De algún modo sé que me has hecho un espacio en tu casa y eso me hace muy feliz. Agradecer a tus lectores, por la avidez de lectura que demuestran y que los reúne en esta blogósfera que recién empiezo a descubrir y que me parece maravillosa. Y decirte que luego de que se agotara la primera edición de RRR, estoy a la espera de la respuesta de las editoriales interesadas en los dos libros posteriores, y que en cuanto estén en la calle serás una de las primeras en tener noticias.

Un gran abrazo para todos.



Reflejos, revanchas, reveses:

"Reflejos de personas que nunca son las personas reales, sino el reflejo que mis ojos ven al espiar detrás de los cristales, revanchas que se toman o se dan ante las circunstancias, reveses que no vemos o no sabemos ver como lo que realmente son: la otra cara de la moneda"

Sitios de interés:


Le agradezco muchísimo a Isa, no solo por la entrevista, si no por la buena onda que tiene siempre ^^

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