Thursday, December 5, 2013

Y por eso lo abandoné: La insólita amargura del pastel de limón


Y por eso lo abandoné, es una nueva sección del blog en la que hago una pequeña devolución de aquellos libros que fui incapaz de terminar, explicando mis razones. Antes era de ese tipo de lectores que no abandonan un libro ni muerto, ni aunque sea un parto su lectura, pero ya no. Hay demasiados libros maravillosos en el mundo esperando ser leídos, y el tiempo es corto. ¿Para qué perderlo leyendo libros que no nos provocan nada?

LA INSÓLITA AMARGURA DEL PASTEL DE LIMÓN


Desde que me crucé con ese titulo tan klajfsd,jbflkszgfv hermoso supe que tenía que leer este libro. Era algo imperativo, casi una necesidad. El titulo y la premisa (una niñita capaz de adivinar las emociones de las personas a través de la comida) prometían realismo mágico y una historia hermosa (además, se me antojaba algo similar a Como agua para chocolate, la bellisisisisisisima novela de Laura Esquivel).

Entonces cayó en mis garras y no tuve paciencia para no empezarlo al instante, le di prioridad sobre casi 90 pendientes y me sumergí en su lectura sin perder un segundo. La decepción fue inmediata.

Decidí dejarlo cuando, pasada la mitad, seguía sin brindarme absolutamente nada, ni siquiera un mínimo interés.

Las voces infantiles son uno de mis recursos narrativos favoritos, amo la inocencia de su punto de vista, su lógica y su forma de encarar la vida. Sin embargo, Rose es aburrida. Demasiado adulta y dramática, es detallista (me gusta que este tipo de libros sean detallistas) pero no tiene ángel, encanto ni carisma. Si el libro estuviera narrado por un adulto aburrido de la vida, lo mismo sería.
Es una lectura muy lenta y poco dinámica, en la que a penas ocurren cosas relevantes para la historia.

Es imposible sacar en claro hacia dónde quiere llevarte la trama. Por el don Rose (para mi gusto bastante desaprovechado y poco explicito, la chica está se pasa más de medio libro comiendo porquerías para no tener que sentir las emociones de su madre y, por alguna razón más allá de toda explicación, puede percibir hasta dónde fueron elaborados los productos que consume. Pintaba muy lindo este don, interesante, pero se profundiza tan poco en él y tiene tan poca importancia en la trama, que termina siendo tan aburrido como todo lo demás), la carga dramática es bastante amplia y se revelan varios secretos, secretos que no se necesita un don para adivinar capítulos y capítulos antes de que se descubran. No hay nada que genere un interés real por lo que estás leyendo. Es un libro que a mí, no me provocó absolutamente nada, incluida esa curiosidad indispensable que te obliga a dar vuelta la página para saber qué pasa a continuación.

Los personajes son bastante planos, empezando por la insulsa y exagerada Rose, que es capaz de sufrir un ataque por percibir las emociones de su madre en un bocado de torta. Uno entiende que las emociones adultas pueden abrumar a una criatura, pero por la forma en la que está narrado, no te conmueve de ninguna forma.
La madre de Rose es una histérica que hace diferencias entre sus hijos, su padre un tipo más bien ausente y su hermano un niño prodigio que aparentemente ya no lo es tanto y está en crisis por eso.
El único personaje que más o menos me gustó, fue George, el mejor amigo del hermano y el chico de quien Rose está enamorada. Es el prototipo de mejor amigo agradable y comprensivo, pero su simpatía no es suficiente para salvar la trama del libro entero.

Desgraciadamente, tengo que decir que es una lectura tediosa y lenta, que no te ofrece ningún estimulo para seguir avanzando. Tenía las expectativas por las nubes, hacía mucho que un libro no me desilusionaba tanto.

¿Alguien leyó este libro? ¡Quiero escuchar opiniones! :)

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