Titulo original: Existence
Autor: Abbi Glines
Genero: Romance paranormal
Reseña:
¿Qué pasa cuando te acosa la muerte? Te enamoras de él, por supuesto.
A sus diecisiete años, Pagan Moore ha visto almas toda su vida. Cuando se dio cuenta que los extraños que veía caminar a través de las paredes, no eran visibles para los demás, comenzó a ignorarlos. Si no les dejaba saber que podía verlos, la dejaban en paz. Hasta que el primer día de instituto salió de su coche y vio a un chico increíblemente sexy descansando sobre una mesa de picnic, mirándola con una sonrisa divertida en el rostro. El problema es que ella sabe que él está muerto.
Él simplemente no desaparece cuando ella lo ignora, pero hace algo que ninguno de los otros han hecho. Habla. Pagan está fascinada por el alma. Lo que ella no sabe es que su tiempo para morir se acerca y el espíritu, perversamente hermoso, del que se está enamorando no es una alma en absoluto.
Él es la muerte y está a punto de romper todas las reglas.
¡Oh, queridos míos! ¡Tengo tanto que decir de este libro! Y tan pocas cosas buenas...
Empecemos:
La historia es entretenida, pero para mi gusto de eso no pasa. La trama es inconsistente, las explicaciones muy tiradas de los pelos y los personajes muy poco carismáticos. Me enganché enseguida por el misterio de Dank, pero lo revela la mismísima sinopsis. ¡Dios santo! ¡El único misterio interesante de la trama y lo revelan en la sinopsis! Mis aplausos.
De los personajes solo me gustó Leif, el pobre chico que Pagan utiliza el libro entero para sentirse a salvo. Es obvio que van a convertirlo en el malo en libros posteriores para que nuestra protagonista no quede como la mala persona que es por usarlo, pero aún así yo me quedo con él. Rompe con el cliché del deportista superficial y hueco, es gentil, autentico y amoroso. Me molestó el papel de estúpido que hace el libro entero. Él quiere a Pagan, ella lo usa para consolarse de lo que le hace el otro. Es tristísimo.
En una parte la protagonista dice que antes no le gustaba Leif porque creía que él pensaba que era demasiado para ella, pero que ahora (después de utilizarlo a diestra y siniestra) sabía que eso era verdad. Y tiene razón, no se lo merece.
Pagan es insufrible. Una Mary Sue con todas las letras, egoísta e histérica, que no ve más allá de su hiper dramático ombligo. Es manipuladora, y como dije antes, 90% de la historia se la pasa utilizando a su novio Leif porque la hace sentirse cómoda y segura. Es insoportable y, aunque tiene su dosis de acto valeroso al final, eso no quita todo lo demás y se va derechito a mi lista de protagonistas que merecen un flechazo en la frente.
Dank me resultó un protagonista débil y no me causó nada. No me enamoró, ni siquiera me cayó simpático, ni siquiera el hecho de que en la portada lo represente Pepe-me parto solo-Toth hizo que me agradara. Es muy plano y, lo único que me atrajo de él, fue su misterio. Misterio que quedó un poco desaprovechado, para mi gusto, me hubieran gustado más explicaciones... y menos confusas. A la brevedad retomamos con Dank.
La trama es más bien básica y cae en múltiples clichés, aún así guarda su buen par de sorpresas. Pulgares arriba por eso. Pero tiene dos contras gigantes (sin contar a la protagonista): las explicaciones son demasiado rebuscadas, todo lo paranormal es un chiquitín complicado de entender. La autora se esforzó demasiado en que todo sonara lógico y quedó inverosímil y raro. La otra contra, la gran contra... es tan Crepúsculo. Juro que si en algún momento se equivocaban y en lugar de decir Dank, decía Edward, no hubiera sido una sorpresa.
Dank, recibido en la escuela de arte dramático Edward Cullen S.A, es más o menos así:
"Pagan, pequeña Mary Sue a la que vigilo mientras duerme y a la que conozco desde hace dos días. No podemos estar juntos porque no soy quién tu crees que soy. No puedo darte respuestas porque si te las diera, si te dijera quien soy te alejarías de mí espantada. No soy bueno para ti, pero te amo y voy a histeriquearte y acosarte el libro entero, a pesar de que no puedo tenerte, porque no pudo controlarme cuando estamos cerca. Sin contar que te amo y no tolero verte feliz con otro, aunque yo no sea quien crees que soy y no podamos estar juntos."
Si no les recuerda a nada, les dejo al respuesta de Pagan cuando él le dice que se alejaría corriendo si supiera lo que él es:
"I don't care what you are. You can't scare me off and I'm not running away", realmente sentía que tenía quince años otra vez y estaba leyendo Crepúsculo.
Pagan es -además de todo- cabeza hueca, Dank mal o bien, derecho o torcido, le explica que no es que no quiere estar con ella, sino que no puede. Le dice que su relación con Kendra es una fachada y aún así ella se enoja, se pone celosa y se siente ignorada por él, aunque le explique 115 veces la situación (y eso que estas explicaciones son mucho más claras que las importantes).
En fin, no es que el libro sea malo, sino que tiene grandísimos altibajos muy constantes, en los que los altos rozan lo agradable, pero los bajos... son muy bajos.
No es una saga que vaya a seguir, realmente no me interesa cómo Dank y Pagan tienen su rebuscado felices por siempre ni como se las van a ingeniar para sacar a relucir el lado oscuro de Leif. Aunque el libro me entretuvo e incluso tuvo sus buenos momentos, no me da la paciencia para seguir la saga, si hay que ser honesta.
La reseña más larga del año y me quedo con ganas de decir mil cosas (como que tiene una cantandísimo final abierto o que Pagan se enamora de Dank al instante y sin razón aparente), pero no quiero extenderme más.
Para mí fue solo una lectura entretenida y extremadamente juvenil, pero animo a todo el que le llame la atención a leerlo. Ya sabemos y recontra sabemos eso de que sobre gustos no hay nada escrito.
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